General:

El filtro autolimpiante es adecuado para todas las instalaciones, tanto civiles como industriales, en las que las impurezas presentes constantemente en el agua podrían dañar u obstruir el equipo. El agua que utilizamos constantemente proviene de un acueducto o de pozos; contiene multitud de partículas que, dependiendo de su tamaño, interactúan negativamente con los accesorios instalados, comprometiendo su correcto funcionamiento. El filtro autolimpiante debe instalarse después del medidor y antes de otro aparato, asegurándose de que la dirección del flujo de agua coincide con la dirección de la flecha impresa en el cuerpo. Los ataques para la conexión a la instalación están roscados internamente según la norma ISO 228/1. Dos conexiones roscadas de 1/4" de GAS en el cuerpo permiten la conexión de dos medidores de presión de control.

Presión máxima recomendada: 16 bares

Malla filtrante: Abertura de la capa 1 0,4 (400 micrones)

Operación, control y limpieza del filtro:

Durante el paso del agua por el filtro, gracias al cartucho filtrante colocado en su interior, todas las impurezas se bloquean y se depositan en el fondo del vaso. Montando dos manómetros en el cuerpo podemos comprobar el estado de funcionamiento del filtro, porque la diferencia de lectura entre la presión de entrada y la de salida es proporcional a la obstrucción del cartucho; cuanto mayor sea la diferencia entre las dos presiones más se obstruye el filtro y necesita ser limpiado. Para limpiar el filtro es necesario abrir durante unos segundos la válvula de bola colocada bajo el cristal, de esta manera se expulsan las impurezas presentes en el fondo.

Si el cartucho requiere una limpieza más cuidadosa, si el tipo de instalación lo permite, debe ser lavado a contracorriente (el flujo de agua en dirección opuesta a la dirección de la flecha impresa en el cuerpo), o manualmente (por ejemplo, con aire comprimido), sacando el cartucho del filtro mediante la extracción del cristal fijado al cuerpo con una abrazadera.